Brasil, otra manera de ver el diseño
En mi experiencia como diseñadora he descubierto que me apasionan las culturas y el poder transformador del diseño en la vida de las personas. En este artículo me gustaría compartir mi punto de vista sobre el diseño en Latinoamérica y especialmente en Brasil. Cuando se trata con la gente, se entiende que que “las cosas más importantes de la vida no son cosas”, como dice la frase. Esta idea me llevó a vivir en Brasil durante seis meses, donde trabajé como voluntaria en una ONG de las favelas de São Paulo, dictando talleres de creatividad y clases de idiomas a los niños y niñas de estas comunidades. Esta oportunidad enriqueció y redefinió lo que pienso sobre el diseño en Latinoamérica. Sin duda, somos un lugar donde la diversidad y la exuberancia abundan, las mezclas impensables sorprenden y donde se encuentra gente maravillosa con ganas de salir adelante, pero tristemente también encontramos que somos uno de los lugares más desiguales del mundo. Sabemos que algo tiene que cambiar, que Latinoamérica cuenta con todas las herramientas para que las personas vivan dignamente y en condiciones más equitativas. En Brasil, por ejemplo, pasan cosas muy interesantes que merecen ser contadas. Conocí organizaciones que están generando cambios positivos en el país. En esta línea destaco el trabajo de ORPAS Social, una ONG que brinda clases para niños de comunidades vulnerables. El programa ofrece cursos gratuitos para desarrollar talentos, en áreas desde música hasta culinaria. ORPAS es un lugar increíble, donde se siente la calidez de la familia desde el primer momento, y donde se ve cómo acciones sencillas transforman comunidades. Fue allí donde compartí mis conocimientos de diseño e idiomas para que los niños tengan más herramientas y dicha brecha de desigualdad se borre. Las actividades que realicé fueron talleres de creatividad, liderazgo y emprendimiento, fomentando en los pequeños habilidades útiles para sus vidas, descubrí varios talentos, seguramente futuros diseñadores, arquitectos y empresarios. Estas actividades se podían hacer alternadamente en español, inglés y portugués, pero cuando no nos entendíamos recurríamos a los dibujos y diseños. Otros espacios que valen la pena en el país de la samba y fútbol, son las Fábricas de Cultura, Itaú Cultural y la Livraria Cultura. El primero es un sistema de espacios del gobierno de São Paulo que ofrece actividades culturales y lúdicas para que los jóvenes se apropien de la cultura. Los espacios que conocí están muy bien equipados; allí ocurren eventos casi todos los días, como encuentro de escritores, poetas y artistas. El segundo espacio que me gustó fue Itaú Cultural donde se hacen grandes proyectos de contenido artístico-intelectual, que aportan y valorizan la cultura de una sociedad tan grande y diversa como la brasileña. Y finalmente destaco la Livraria Cultura, una librería que para mí rompe el esquema convencional: parece una juguetería pero de libros. El diseño y el espacio están pensados para las personas, para el confort y entretenimiento. Como diseñadora veo mucho valor en estas acciones que han sido creadas para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, brindando oportunidades para todos y transformando al mundo. Cabe destacar que en Brasil muchos de estos proyectos obedecen a políticas públicas de diseño y de cultura que aportan directamente al desarrollo del país. Mientras tanto, otros proyectos son iniciativas propias de personas independientes y que tienen conciencia social. Esto es un poco de lo quería compartir de mi experiencia en Brasil, un país que me sorprendió y me enseñó otra manera de ver el diseño. Para mí, lo más importante son las personas.